“algunos piensan con ingenua mentalidad que la Virgen es más misericordiosa que Dios, y sostienen con espíritu infantil que Dios es más severo que la Ley y que necesitamos recurrir a la Virgen porque de lo contrario el Padre nos castigaría, cuando la fuente de toda bondad es Dios” - Papa Pablo VI (1964).
Devociones y deformaciones
Por Gabriel Andrade (*)
Pareciera que el magisterio de la iglesia es perozoso en esclarecer a la feligresía sobre la doctrina católica de las devociones.
¿Es posible que la Virgen María avale estas espiritualidades milagreras como la de San Nicolás con su presencia?
Lo primero que hay que decir es que María no aparece, no ha aparecido ni aparecerá jamás. Hace muchos años que la teología católica ha definido que María ha muerto, ha resucitado y habita con un cuerpo glorificado en la casa del Padre. De ese lugar no se puede regresar físicamente, ni entrar en contacto corporal con los vivos, ni comunicarse sensiblemente ya que esto es “abominable a Dios”. El mundo de los vivos y de los muertos son de especies distintas.
La “aparición” nos remite a un fenómeno físico objetivo, que se produce fuera de nosotros y por lo tanto no depende de quien lo capta sino de quien lo presenta. Alguien “aparece” si mostrándose en un lugar su presencia física es percibida por todos los que están allí. Depende del que se presenta, no de los otros que lo ven, escuchan y tocan.
Ahora, la “visión” sí es un fenómeno emocional subjetivo, que se produce dentro de nosotros y entonces sí depende de la persona que la tiene.
Esto es lo máximo que la Iglesia puede aceptar sin contradecir las escrituras, como cuando Bernadette tuvo la visión de María en Lourdes (Francia, 1858), las 18 veces que se repitió la experiencia, sólo ella la “veía” aunque estaban presentes muchas otras personas. O en La Salette (Francia, 1846), a pesar de la muchedumbre presentes, sólo dos pastorcitos de 11 y 14 años “vieron” a “la Señora”. Y otro tanto ocurrió en Fátima (Portugal, 1917), con los tres pastorcitos de 8; 9 y 10 años que “vieron” a la Virgen en seis oportunidades.
La Iglesia sostiene que estas visiones efectivamente “pueden” provenir de Dios pero lo cierto es que contempla la posibilidad cierta de que sean simples delirios, ilusiones, o desvaríos de las personas que las experimentas; tal es así que no se pronuncia en el 90% de los casos. Visiones como la de la Medalla Milagrosa a Catalina Laburé (París 1803) nunca ha sido aprobada oficialmente.
Por esto es que el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica (1993) dice que no todo el que dice recibir revelaciones sobrenaturales las recibe realmente ni vienen de Dios y que ninguna de estas revelaciones (privadas) pertenecen al depósito de la fe; como sí pertenecen y son obligatorias e imprescindibles para la vida del cristiano las revelaciones contenidas en la Biblia (públicas). También que se da como obligación moral para todo católico, con la ayuda del magisterio de la Iglesia, el “discernir” las auténticas de las que no lo son, sin esperar que sobre cada “revelación” que circula se expida la jerarquía de la Iglesia. (Nº 67)
Lo segundo que podríamos señalar es que estas revelaciones privadas, en el caso de que sean auténticas, tienen como finalidad la santificación del vidente, no la de los demás. Es éste el que la debe meditar, convertirse, cambiar su vida y comprometerse a vivir lo que le piden en el mensaje y recién ahí, con el ejemplo, extenderlo a los demás. Pero no proponiéndolo y mucho menos obligando a los demás a creer en el mensaje, que por ser privado no se adapta a la espiritualidad de todo el pueblo de Dios. Por eso, cuando alguna “revelación” conlleva la orden de ser difundida y obedecida por todos, es muy poco probable que sea auténtica
La tercera acotación a hacer es que cuando el Papa o un Obispo (si fuera de emergencia) aprueban una manifestación mariana, lo que se está aprobando es una devoción, o sea un culto, el “rezo” bajo una determinada forma. No significa que se aprueben la visión ni los mensajes. La Iglesia cuando acepta la devoción no confirma con esto la revelación que la originó.
Y la cuarta y la más importante es que la revelación privada nunca puede contradecir a la revelación pública.
Entonces, si María tiene un rol protagónico hasta relegar a Jesucristo a un segundo plano, si reclama una atención exclusiva hacia su persona y pide “dejarse poseer para que sea la Madre quien actúe y obre”; cuando las escrituras nos revelan que es Dios el que posee y habita. Cuando dice que sean “sacerdotes de ella”; y en las escrituras dicen que los sacerdotes son de Jesús. Cuando el mensaje dice que el último grito de Jesús en la cruz fue “¡Mamá!” , siendo que la Biblia dice que invocó al Padre; entonces tenemos una Virgen que es el centro de atención en franca oposición a la de los Evangelios donde se muestra prudente, mesurada, discreta y en un segundo plano con respecto a Jesús.
Si tiene una locuacidad capaz de llenar libros enteros con sus profecías y vaticinios. Si posee una verborragia desconocida en Nuevo Testamento en el que sólo dos evangelistas ponen palabras en su boca, seis frases en total. Además, es “su” palabra la que importa y la que debe ser escuchada, como en San Nicolás, donde según la “vidente” el mismísimo Jesús le habría dicho que “si esta generación no escucha a mi madre perecerá. Pido al mundo que lo haga”... Petición curiosa y contraria a las enseñanzas de las bodas de Caná, donde es María la que pide que se escuche a su Hijo.
Si María tiene visiones lúgubres, tétricas, sombrías. Anuncia catástrofes, desgracias, promete castigos, se muestra pesimista, depresiva, amargada, ve todo negro y sin esperanzas y la única salida que vislumbra es la destrucción del mundo mediante cataclismos y catástrofes; como en el famoso secreto de La Salette que habla sobre que ”Dios va a castigar al mundo de una manera jamás vista, nadie podrá escapar a su cólera, la sangre correrá por todos lados, las iglesias serán profanadas, los sacerdotes muertos cruelmente, el demonio tendrá sus iglesias y todo el universo gemirá de terror, etc...”; cuando las escrituras nos enseñan a María como una mujer de esperanza, optimismo, alegría, que medita serenamente aun en los momentos difíciles de su vida y tiene confianza en el futuro.
Y si, y lo que es más grave, contradice abiertamente las palabras de Jesús contenidas en la Biblia porque: a) cuando Jesús repite que “no tengan miedo” María parece que busca aterrorizarnos. b) cuando Jesús nunca dio una fecha del fin del mundo, ni siquiera aproximada María amenaza que el fin del mundo está próximo y en algunos mensajes ha llegado a anunciar fechas, que por supuesto se vencieron... c) cuando Jesús enseñó que Dios está al lado de todos los hombres, sean santos o pecadores, y que derrama su bendición para todos el mundo María promete únicamente bendecir a los buenos y estar al lado de los que rezan el rosario y la invocan. d) cuando Jesús nunca dijo que se salvarían únicamente los que amen a Dios, reconociendo que es posible salvarse sin conocerlo siempre que se ame al prójimo, pues todo eso le es agradable y es reafirmado por la Iglesia Católica en el Concilio Vaticano II (sobre la salvación de los ateos); María afirma que sólo se salvarán los que tienen fe en Dios y la amen a ella... e) cuando Jesús nunca afirmó que por practicar algún rito o devoción los cristianos ganarían el cielo sino con el amor y el servicio al prójimo; María advierte en ciertos mensajes que hay que tener agua bendita, velas consagradas, rezar el rosario y tener imágenes de ella y Jesús; y f) cuando la Biblia enseña que la idea de salvar a la humanidad es de Dios y que a Él pertenece el plan salvífico; María en algunos mensajes nos advierte que Dios quiere poco menos que reventarnos, destruir el mundo, aniquilar la especie humana y ella “detiene” su brazo castigador; con lo cual sus devotos en vez de buscar protección en Dios deben buscar, en María, ¡protección contra Dios!!!; siendo que el mismo Dios en su alianza con Noé después del diluvio promete que no volverá a destruir a los pecadores con desastres, Jesús enseña en la parábola del hijo pródigo que Dios no castiga al pecador en esta vida sino que le tiene paciencia hasta el final; o en la parábola del trigo y la cizaña enseña que Dios no arrancará nunca por la fuerza el mal del mundo, ni que convertirá a los hombres por el terror, sino que esperará hasta el final de los tiempos, ¿será la más perfecta discípula y esclava de Dios la que cambió repentinamente de actitud y lo desafía y contradice?
Cuando observamos con un mínimo de atención estas “revelaciones” no las podemos tomar en serio por incoherentes y ridículas. Sin juzgar de la buena fe o no de quien cree recibirlas, claramente tienen una imagen distorsionada de Dios, de Jesús y de María, y no podemos dejar de atribuir semejantes disparates a los deseos religiosos reprimidos, a traumas, rencores, miedos, resentimientos, histerias, psicosis o algún otro trastorno mental del “vidente”, si de pensar bien se trata.
Es una ofensa gratuita a la María atribuirle las barbaridades que contienen muchas de estas supuestas “revelaciones”. Es el deber de todo católico y su obligación moral por amor que se declama a María, no permitir que estas desviaciones sean asumidas por los fieles y se la termine injuriando, rebajando, denigrando, atribuyéndole textos que, lejos de mostrar su grandeza y su ejemplo, resultan ofensivos y agraviantes para su persona y que nada tienen que ver con la religión de Jesús ni con la máxima evangélica de adorar a Dios “en espíritu y en verdad”.
(*) Bautizado, confirmado y practicante en la fe católica apostólica romana.
Militante cristiano de base; ex miembro de la Acción Católica Argentina; miembro y síndico del Grupo Obispo Angelelli; autodidacta en historia argentina, política, biblia y teología; último redactor y coordinador del Boletín Gran Rosario (suplemento local que acompañara al Boletín del Centro Nueva Tierra); conferencista sobre temas religiosos; columnista de teología popular en FM Continental Rosario y Red TL; colaborador de Rosario 12 (suplemento local de Página 12) y demás publicaciones locales, programas radiales y portales de internet. Dos libros de literatura narrativa publicados (El último día – 1999 y Defensa siciliana –2005)
Un libro de teología política “Teología desde el camino – La dimensión política de la fe” – 2008.
Padre, hermano y compañero; trabajador independiente, rosarino y pecador.
jueves, 15 de enero de 2009
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