jueves, 15 de enero de 2009

La bestia anda suelta

«... el perverso y proxeneta proyecto del Programa Provincial de Procreación Responsable es digno de una civilización de la indignidad, la frivolidad y la muerte (...) colabora a la mayor opresión, estupidización y desaparición de nuestro pueblo, favoreciendo el desorden moral (...) estimulando el egoísmo vicioso que vulnera la institución familiar...» Mons. Storni – contemporáneo


LA BESTIA ANDA SUELTA
por Gabriel Andrade

Llegamos al emblemático año 2000 de la era de Nuestro Señor Jesucristo y -como advirtiera Nostradamus- en un estado signado por un nombre cristiano (la Santa Fe) el Sr. Eduardo Di Pollina (18 letras, o sea 6 + 6 + 6, ¡el anticristo!) impulsó el satánico proyecto de -¡nada menos!- informar sobre métodos de control natal y distribuir gratuitamente anticonceptivos en los hospitales y centros de salud provinciales.
Bajo el blasfemo pretexto de disminuir la mortalidad materno-infantil y el número de abortos a través de la atención integral de la salud reproductiva, evitar las enfermedades de transmisión sexual, atenuar los embarazos adolescentes y posibilitar la planificación de los nacimientos, el hereje representante del maligno en la provincia ha manifestado, con evidente satanidad, que “estos beneficios redundaría en un mejoramiento de la calidad de vida de las familias más humildes ya que el consumo de anticonceptivos se viene realizando pero al margen del sistema de obras sociales y hospitales”.
Pamplinas, uso malintencionado del poder en esta democracia atea y pornográfica que impide el uso purificador de la hoguera, como sería menester.

Es -sin duda- voluntad de Dios que 100 argentinitos vuelen al cielo por causa de esta santa pobreza. Pobreza por la cual los argentinos sumamos todos los días un centenar de angelitos que nos protegen de los planes que Satán, seguramente, tiene pergeñado para este bendito suelo natal.

Hacemos entonces un llamado a la parte sana de la sociedad para que se haga eco de las palabras de este profeta, de este santo cruzado del Dios de los ejércitos bíblicos, que con coraje y arrojo sale a defender los valores cristianos, como es nuestro bien amado Mons. Edgardo Gabriel Storni.

Sabemos que ahora saldrán los que con manifiesta malignidad recordarán que es el mismo santo varón que destruyó la pastoral social del obispo Zazpe, o que en el tedeum del 25 de mayo del 98 recordó, con referencia a esos héroes que redimieron a la nación a través del necesario baño de sangre de los años setenta, que “olvidar lo malo también es tener memoria”; o que es el mismo que fue investigado por el Vaticano por “impropia conducta sexual” y cosas por el estilo.
Tonterías, retorcidos trucos de las fuerzas del mal y sus aliados locales ateos, herejes, judíos, negros, protestantes, postconciliares, rockeros y maricones.

Recuerde el lector que no es esta la primera vez que el príncipe de las tinieblas tienta a los siervos de Dios.
Piense en aquel 23 de abril de 1966 cuando el exhaustivo examen de la comisión pontificia de los 68 (teólogos, abogados, historiadores, sociólogos, médicos obstetras y padres de familia que asesoraban al Papa Paulo VI sobre natalidad) dio por abrumador resultado de 64 a 4 la legitimidad teológica, médica, legal y ética de los métodos anticonceptivos artificiales.
Fueron entonces sólo cuatro los santos depositarios del último sustentáculo de la verdadera fe a los que -aunque por modestia no demostraron con ningún tipo de argumentos la validez de sus posiciones según las leyes de la naturaleza, ni citaron escrituras contundentes a su favor, ni revelaciones divinas- Dios les enviara al tradicionalísimo, gordísimo y viejísimo cardenal Ottaviani, magno secretario de la Suprema Congregación del Santo Oficio (¡que Dios lo tenga en la gloria!).
Bajo el convencimiento divino de que dicho informe era producto de la retorcida malignidad que había generado el Concilio Vaticano II, seduce a estos cuatro disidentes para que realizaran un informe especial con el cual nuestro cardenal Ottaviani (segundo en poder después del Papa dentro del Vaticano) presionara al sumo pontífice a fin de evitarle cometer un seguro error.
Y no estaba equivocado.
Lo confirmaría días después el jesuita norteamericano John Ford (uno de los cuatro disidentes) quien declaró que estaba en contacto directo con el Espíritu Santo, en relación con el tema, y que había sido bajo esa vía divina por la cual había llegado a la verdadera y más profunda realidad; lo cual, no nos cabe la menor duda.
Luego de esto, las fuerzas celestiales capitaneadas en la división infantería por Ottaviani -junto a la minoría de la santa curia romana como los cardenales Cicognani, Browne, Parente y Samoré- manipularon sabia y romanamente los acontecimientos de tal forma de presentar los dos informes cuando esos otros 64 extraviados se encontraban lejos del Vaticano, desparramados por todo el mundo preparando conferencias e introducciones explicativas sobre los supuestos nuevos aires de control de la natalidad que soplarían sobre nuestra (no de ellos) Iglesia Católica. (¡Ja, ja!)
De esta forma se pudo operar sin influencias perniciosas y convencer al santo padre de la traición que sería para la tradición de la iglesia aprobar el informe de esa pervertida mayoría.
Finalmente -como el asunto lo resolvería la decisión personal del papa y ningún informe le era vinculante- los hijos de la luz salimos triunfantes y el glorioso 25 de julio de 1968 salió publicada la encíclica Humanae Vitae donde se califica como ilícitos a los métodos anticonceptivos y que, además, si no fuera por la excesiva humildad del célibe septuagenario Paulo VI, tendría que haber hablado «ex cátadra» y haberse convertido en dogma de fe, para gloria de nuestra Santa Iglesia Católica Apostólica y Muy Romana.

Queda muy claro, entonces, que el único método consentido era el sistema rítmico y -mejor aún- la ABS-TI-NEN-CIA; como siempre lo fue, por otra parte, en personas sanas, nobles, probas, limpitas y normales.
Así se separaba el trigo de la cizaña y millones de réprobos en todo el mundo dejaron la fe por las cochinadas anticonceptivas y hasta hubo sacerdotes que sucumbieron ante Satán que, supuestamente indignados, tomaron una posición abiertamente hostil al Santo Padre e inclusive los hubo quienes dejaron los hábitos.
Una vez más, y para su santa purificación, la iglesia se partió a la mitad.

Ahora también saldrán los que recuerden que durante ese período el Vaticano se siguió beneficiando de las ganancias derivadas de una de las muchas empresas que poseía: el Instituto Farmacológico Sereno, siendo uno de los productos elaborados de más venta la píldora anticonceptiva llamada Luteolas.
¿Pero es que acaso se puede mantener con avemarías los gastos de sus eminencias? ¡Hay que ser modernos y abiertos de mente y adaptarse a las circunstancias, caramba!

Pero el maligno no descansa.
Sería el turno del maléfico teólogo Hans Küng diciendo, antes del cónclave que entronaría a Juan Pablo I, que “la iglesia católica romana tiene y seguiría teniendo problemas sexuales mientras no se haga una revisión de la Humanae Vitae. Numerosos teólogos y obispos aceptarían de buen grado los métodos anticonceptivos. Lo importante es hacerse a la idea de que las reglas establecidas en el pasado por un papa pueden ser luego corregidas por otro”.
Asqueroso blasfemo.

Pero habría todavía más.
El que otrora se atrevió a tentar a Jesús llevándolo a la cima de una montaña no se detendría ahora con un simple Papa.
Así fue que, a la cabeza de las reformas prioritarias elaboradas por Juan Pablo I, figuraba el deseo de alivianar los supuestos sufrimientos que vivía gran parte de la humanidad, especialmente el tercer mundo, supuestamente a causa de la encíclica Humanae Vitae. ¡Que ridícula estupidez!
Con meras excusas, como que en los diez años posteriores a la encíclica la población mundial había crecido en 750 millones de personas o que para la misma fecha más de 1000 niños menores de cinco años morían por desnutrición cada hora, el nuevo pontífice -seguramente tentado por Lucifer- dijo su tristemente célebre frase del 19 de setiembre de 1978 a su tradicionalista secretario de estado Jean Villot:
“... Eminencia, ¿qué podemos saber de los deseos de las parejas casadas dos viejos célibes como nosotros?...”
Lamentable. No por nada fue designio divino que sólo ocupara el cargo de Pedro por sólo 33 días... ¿No?

Por todo lo expuesto, y conforme al derecho canónico, instamos a los verdaderos católicos, herederos del espíritu templario de los cruzados, a luchar hasta morir sin inclinar la frente para defender en nombre de Dios los sagrados valores cristianos que todos las personas decentes y bien nacidas abrazamos fielmente con incondicional devoción samaritana.
Amén.
Tomasito Tor Quemado


ADHIEREN: Asociación Dios Patria Hogar; Círculo Católico de Obreros Carneros y Jenuflexos;
Liga Honor, Propiedad y Familia; Asociación Gregorianos Barítonos; El Chapulín Colorado; Confederación Italo-argentina de Judíos Carismáticos Célibes; Movimiento de Religiosos Redentoristas por el Cuarto Mundo; Asociación Serrana la Cruz y la Espada; Confederación Argentina de Católicos Gays Abstencionistas; Liga Templaria de Escolásticos Ortodoxos de Luján; Opus Vox Dei; Liga de la Demencia de Rosario; Sigfrido Feroche y esposa de segundas nupcias; Club Atlético Social y Deportivo Defensores de Pío XII; Colaboracionistas Católicos Hitlerianos “Por un mundo mejor”; The Judas Forever Shopping Center of High Palermo; Abadía “El monje que está solo y espera” de Patagonia; Contemplativos del Milagro Prodigioso de Recoleta; Peluquería franciscana “la peladita” de Asís Este; Asociación argentina-iraní de Terroristas Arrepentidos y Conversos; Asociación Mutual “Todos por Tortolo” de la ESMA; Editorial Benedictina de Biblias en Morse de Villa La Opulencia; Mercadito “Santo Ottaviani” de Alberdi Oeste; Estudiosos de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo “En Algo Andaría”; Hermanas Minifalderas de la Ushuaia Austral; Laicos Católicos Resistencialistas a Favor de la Misa en Latín; Santería “Iconoclastas Fuera” de Lourdes Centro; Asociación Social “Peregrinos de Pies Planos” de Padua; Grupo “Mons. Plaza Vence” de Monte Moon; Los Pitufos; Liga Ecuménica para la Tolerancia Caritativa a los Negros, Indios, Judíos, Musulmanes, Protestantes y otras Alimañas; Movimiento Mundial de los con Tierras, Propiedades, Autos, Yates, Lujos y todo lo demás.

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