jueves, 15 de enero de 2009

Marketing Religioso por Carlos del Frade

Marketing Religioso
Por Carlos del Frade

El lunes 24 de octubre de 1994 comenzó a escribirse un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia Católica argentina en su largo exilio del mensaje revolucionario cristiano.
"Cada parroquia tiene que trabajar como una empresa" y "decirle a cada segmento de fieles-clientes lo que quiera escuchar", porque "en definiva sabemos que nuestro producto es el mejor, porque hasta incluso por tradición, supera a la Coca-Cola", fueron los conceptos que deslizaron dos licenciados en comercialización en el seminario "Marketing Religioso" con la cordial bendición del arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Vicente Mirás.
Entre sacerdotes recién ordenados y otros con mayor experiencia, integrantes de distintos movimientos de laicos vinculados con arquidiócesis, dirigentes de empresas y de la Fundación Mater Dei, los licenciados Aldo Alonso y Raúl Burone expusieron sobre la necesidad de enfrentar a la "competencia" manteniendo "la esencia del mensaje cristiano" pero bajando "los precíos porque la competencia ya lo hizo antes", en el auditorio de la Mutual de Cristina Ayuda Familiar.
Cuando se hizo mención a la posibilidad de incluir grupos de rock en celebraciones, un hombre de elegante traje gris sentenció que "ese género era satánico", hecho que fue repudìado por los presentes, deseosos de saber nuevas metodologías para conquistar y reconquistar fieles.
"Hay que hacer de todo con el menor esfuerzo posible: es más fácil mantener los fieles que conquistarlos y es más fácil conquistarlos que reconquistarlos", fue la consigna que usaron los disertantes a la hora de pedir que se "imiten las técnicas de la competencia", término que englobó a sectas y otras iglesias.
"Las variables deben ser controladas por la institución, prologó el profesor de la Universidad Argentina de la Empresa, Aldo Alonso. Sin hacer una sola mención a la cuestión social, sostuvo la necesidad de "bajar el precío por el cual la Iglesia ofrece sus servicios para mantener la necesidad del mensaje para que nada cambie. No es posible que la tradición y el prestigio de Iglesia se reduzcan por la desactualización y en eso nos gane la competencia".
La cuestión de las contraprestaciones desarrollada por Alonso, se basó en que "exigimos mucho a cambio de lo que ocurrirá en la otra vida, mientras que la competencia promete todo tipo de salvaciones en este mundo", cosa que Burone reafirmó diciendo que "vendemos planes de ahorro previo a cambio de la salvación eterna en lugar de ofrecer algo que se goce ahora, por eso es hora de tomar la idea de la iglesia del amor y no del temor"; asegurb el licenciado en comercialización mientras muchos se preguntaba si Cristo hubiera hecho lo mismo.
Otra de las recomendaciones que dio el licenciado en comercializacibn, Aldo Alonso, fue que "tenemos que segmentar los fieles para hablarles mejor y lograr captar a los equivocados".
Se defínió al individuo como "un conjunto de recipientes vacíos que la competencia llena con elementos mágicos" y se hizo hincapié en la necesidad de "estudiar técnicas de comunicación y oratoria y que es preciso vender una idea".
La necesidad de cambiar "para no perder clientes" fue avalada por ambos intelectuales, pero a diferencia de Alonso, Burone agregó a este cronista que "hay que dirigir el mensaje a los más jóvenes y decirles lo que quieren escuchar, no se puede repetir la técnica del terror de la Edad Media".
Burone fue termínante cuando afirmó que "bien se ha dicho que si Dios no existiera habría que inventarlo, por ello es necesario presentar nuestro poyecto que es la salvacíbn de la mejor manera posible; es hora.de hablar del goce más que del terror".
El intelectual se preguntó "si es necesario que la Iglesia se muera por no cambiar la manera de presentar el mensaje. Creo que es mejor cambiar el envase y relanzarlo al mercado de otra manera. Es necesario enganchar a la gente con otros medios más atractivos y más coloridos".
Remató hablando de la eficiencia en el mensaje de la Iglesia y reiteró que "hay que protagonizar el cambio siendo los líderes de los mismos, pero la mayor resistencia está adentro mismo de la instítución".

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